Hogar dulce hogar
Aparecí, discúlpenme por no poder responder sus comentarios y muchas gracias por su preocupación, pero últimamente he estado súper ocupada, hoy logre hacerme un tiempo para poder ponerme al día y contarles un poco por que de mi desaparición, tengo tanto dentro de mi cabeza loca… lo primero acá en el trabajo estoy tratando de dejar todo en orden y de instruir a mi reemplazo ya que me voy con Prenatal dentro de poco, me voy a disfrutar de lo que queda de mi embarazo y a prepararme para la llegada del amor de mi vida…
Fui al medico y me dijo que mejor no puedo estar, estoy mas sana que una lechuga ja ja ja, mi guaguita esta sanita y visto de lo bien que estoy salgo con licencia un mes antes de dar a luz, plop! tengo una ecografia para ver mi beba el 20 de noviembre, me falta poquito para ver a la luz de mi vida
El sábado me cambie de casa a mi nuevo hogar, para mi nueva familia mía mía, que rico, que paz se siente… estamos viviendo solo los tres… la gran pena fue dejar las casa de mis padres, a mi madre hermosa que no se resignaba a dejarme ir, fue duro no puedo negarlo pero ya esta, me toca ordenar todo, tengo todo en cajas y cuando necesito algo tengo que buscar en todas, ya que con el apuro no marque nada y como llego cansada del trabajo no alcanzo a ordenar todo, pero voy de apoco, y no se si soy de mucha ayuda ya que con mi panzota no puedo hacer mucho…
Trato de no hablar mucho con Héctor de la pena que me embarga el haber dejado a mi madre, ya que me molesta y mis lagrimas pronto asoman, y no creo que el logre comprender… les cuento: mi papá aun trabaja y ella pasa tardes sola, aunque todavía vive mi hermana con mi sobrina, pero mi hermana trabaja y llega súper tarde y mi sobrina va al colegio, no son gran aporte… quizás yo tampoco, pero desde niña siempre anduve al lado de mi madre, pegada a sus faldas y a medida que mis hermanas se fueron de casa, nos quedamos las dos para hacernos compañía, aunque fuera por las tarde después del trabajo y algunos fines de semana, siempre conversábamos, nos preocupábamos y si nos peleábamos ya ni nos importaba, siempre nos la arreglábamos para abuenarnos, nuestra relación había pasado de ser madre e hija, ya nos podíamos decir las cosas a la cara si enojarnos como cabras chicas u ofendernos como adolescentes, yo logre entenderla y ver el porque de todos sus retos, aprendí a perdonar ciertas cosas y a comprender que si para mi era difícil ser hija, para ella era mucho mas difícil ser madre de 6 hijos, todos distintos, nacidos en diferentes épocas y poder lidiar con ellos sin dejar de demostrarle su inmenso amor… entonces ahora tengo sentimientos encontrados, estoy feliz por tener mi hogar, pero triste por dejar a mi madre…
Ya se me acabo el tiempo...